Resumen:
Las condiciones actuales de los recintos carcelarios chilenos, que se traducen en
hacinamiento, malas condiciones higiénicas, problemas de seguridad, turnos maratónicos,
etc., determinan un ambiente hostil y potencialmente desfavorable, no sólo para quienes se encuentran privados de libertad, sino que también para los funcionarios penitenciarios.
Son estos trabajadores un colectivo en riesgo de sufrir deterioro físico y psíquico producto del estrés laboral, que es la consecuencia final de la falta de reciprocidad laboral, es decir del desequilibrio que se produce entre los esfuerzos realizados para cumplir con las responsabilidades laborales y las recompensas que se obtienen del trabajo.