Abstract:
La pandemia producida por el virus denominado Covid-19 constituye la emergencia sanitaria mundial más importante del último siglo. El virus se propaga principalmente de persona a persona. De allí que para limitar su contagio sea necesario el distanciamiento social e incluso el confinamiento. Con ello ha cambiado en pocos meses y de forma radical la manera de vivir, trabajar, celebrar y también de acompañar a los pacientes críticos y de despedir a los difuntos. En los centros de salud y en las residencias de larga estadía de los adultos mayores se ha restringido el acompañamiento de familiares como medida de protección a los pacientes y al personal sanitario. Si bien es una medida recomendada por la OMS, es necesario considerar que la enfermedad y muerte sin la presencia de la familia es una experiencia dolorosa no solo para ésta sino también para el equipo sanitario. El acompañamiento en la última enfermedad y en la muerte de los seres queridos, como también en la despedida y la celebración de ritos, son propios de nuestra condición de seres humanos y a su vez necesarios para una experiencia del duelo sanadora.